María José Zambrana

Transferencia y contratransferencia

La cosa va de eso ahora.

La transferencia es cuando el paciente proyecta inconscientemente los sentimientos, actitudes y patrones emocionales originalmente experimentados en relaciones pasadas sobre la figura del terapeuta o, en algunos casos, hacia otras personas dentro del entorno terapéutico, es decir, aquello que el paciente TRANSFIERE a su terapeuta.

La contratransferencia es la reacción que puede producir en esta transferencia en el propio terapeuta.

Diría que la más común es la transferencia erótica (cuando el paciente cree estar enamorado de su terapeuta) pero también son muy comunes las maternales, las de ira o las de dependencia en sí misma.

Un buen terapeuta sostiene la transferencia. La sostiene, la gestiona, la abraza y la aprovecha.

Puede ser muy beneficioso en una terapia introspectiva porque ayuda al paciente a analizar y atender esa parte suya que de repente se hace muy grande en sesión.

Esto es lo que se ve en galería y al mismo tiempo, el propio terapeuta tiene que hacer su propia gestión.

Saber de qué se trata, utilizar lo que ocurre en sesión en beneficio del paciente.

He de confesar que existen ciertas transferencias en las que una parte del terapeuta le apetece gritar: no, hombre, no. No hagas esto. Y si lo haces, no te vayas, espera. Deja que gestionemos esto. Trabajemoslo. No boicotees el vínculo. Confía…

Y la última palabra la tiene el paciente. SIEMPRE. SI decide abandonar… Se debe dar una buena salida y un buen cierre y desear con todas tus fuerzas que le vaya bien, que decida apostar por sí mismo, que crea que realmente merece estar bien, que tiene derecho a una buena vida.

Mientras despides el proceso con una sonrisa y confianza en la persona.

Otras veces se queda y eso, eso es maravilloso.

Transferencia y contratransferencia.

De eso va la cosa

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